Oscar Wilde (1854-1900)

Escritor, poeta y dramaturgo irlandés, recordado por sus epigramas y obras de teatro.
Estudió en el curso de clásicos, llamado Greats, demostró ser clasicista, primero en Dublín y luego en Oxford; guiado por dos de sus tutores, Walter Pater y John Ruskin, se dio a conocer por su implicación en la creciente filosofía del esteticismo realizó varias actividades literarias; publicó un libro de poemas, dio conferencias en Estados Unidos y Canadá sobre el Renacimiento inglés; exploró el catolicismo, cuando se trasladó a Londres, trabajo como periodista y se movió en los círculos culturales y sociales de moda, conocido por su ingenio mordaz, su vestir extravagante y su brillante conversación, Wilde se convirtió en una de las mayores personalidades de su tiempo.

Durante la década de 1890 refinó sus ideas acerca de la supremacía del arte en una serie de diálogos y ensayos, e incorporó temas de decadencia, duplicidad y belleza en su única novela, El retrato de Dorian Gray. Aunque también escribió teatro; en París, redactó Salomé en francés. Produjo cuatro comedias de sociedad a principios de la década de 1890, siendo en uno de los más exitosos dramaturgos del Londres victoriano. Su obra maestra La importancia de llamarse Ernesto seguía representándose en el escenario

Vivió un proceso penal por lo cual fue encarcelado y obligado a realizar trabajos forzados. Es ahí, en prisión donde escribió De Profundis, al ser liberado partió a Francia, donde escribió su última obra La balada de la cárcel de Reading, un poema que conmemora los duros ritmos de la vida carcelaria. Murió indigente en París, a la edad de cuarenta y seis años.

Sus pensamientos quedaron plasmados en algunas frases como:

"Escribí cuando no conocía la vida. Ahora que entiendo su significado, ya no tengo que escribir. La vida no puede escribirse; sólo puede vivirse"

"Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo"

"La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse"

"La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que damos a nuestros errores"

"El hombre puede creer en lo imposible, pero no creerá nunca en lo improbable"

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