Eurípides (480 – 406 A. C.)

Fue uno de los tres grandes poetas trágicos griegos de la antigüedad, junto con Esquilo y Sófocles. Se dice que de joven fue copero de un grupo de danzantes con significación religiosa, por lo que se supone que su educación fue la convencional de su época. En 466 a. C. cumplió dos años de servicio militar. Odiaba la política y era amante del estudio, para lo que poseía su biblioteca privada, una de las más completas de toda Grecia. Durante un tiempo estuvo interesado por la pintura coincidiendo con el apogeo del pintor Polignoto en Atenas.
Fue amigo de Sócrates, el cual, según la tradición, sólo asistía al teatro cuando se representaban obras de Eurípides.
En 408 A. C., decepcionado por los acontecimientos de su patria, implicada en la interminable Guerra del Peloponeso, se retiró a la corte de Arquelao I de Macedonia, muriendo dos años después en Pella.

Las obras de Eurípides fueron criticadas por su carácter anticonvencional, por sus diálogos naturales (sus héroes y príncipes hablaban un lenguaje cotidiano) y por su independencia de los valores morales y religiosos tradicionales. A pesar de todo, sus obras se hicieron famosas en toda Grecia. Era capaz de demostrar la corrupción y la debilidad humana con amargura y hondo realismo, y al mismo tiempo de reflejar en sus obras un profundo respeto por el heroísmo humano, la dignidad y la pasión.
Asignó un lugar destacado en su obra a los personajes femeninos y el protagonista de sus dramas era con frecuencia una heroína del crimen o la virtud. De las numerosas obras atribuidas a Eurípides se conservan diecisiete tragedias y un drama satírico.

Sus pensamientos quedaron plasmados en algunas frases como:

"Lo esperado no sucede, es lo inesperado lo que acontece"

"Hasta las desdichas han de sentirse con moderación"

"Breve es la vida, y debemos pasarla lo más agradablemente que se pueda, y no con penas"

"En la bondad se encierran todos los géneros de la sabiduría"

"El trabajo es el padre de la gloria y de la felicidad"

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